Se pone fin con esta entrada a la historia de la Romería, a partir de la época que se expone en esta entrada, la Romería tiene el mismo formato y los cambios son mínimos. A lo largo de estas siete entradas se ha visto, a vista de pájaro, el fluir de la Romería, con sus períodos buenos y malos, que han ido comformando la fiesta como la conocemos hoy en día.
En los veinte años que van desde 1954 hasta 1973, España conoció un gran desarrollo económico y social que, en cierto modo, repercutió en la celebración de la Romería de Valme.
El año 1954 fue declarado por el Papa Pío XII Año Santo Mariano, con ocasión de conmemorarse el centenario de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de María.
En Dos Hermanas, el Año Mariano fue abierto solemnemente en diciembre e 1953. El año estuvo plagado de actos en honor de la Virgen, y, sin duda, el principal de todos ellos fue la solemne y devota peregrinación que se realizó a la Ermita e Cuarto con la imagen de la Virgen de Valme el día de San Fernando. La procesión tuvo una enorme participación. Por la tarde, ya recogida la procesión en el templo, se organizaron solemnes rosarios desde todos los barrios y zonas del pueblo para rendir fervoroso homenaje a la Virgen de Valme.
En septiembre del mismo año, una comisión nazarena visitó al cardenal Pedro Segura y Sáenz para invitarle a presidir la función principal de la Hermandad y para hacerle saber que, por iniciativa del Ayuntamiento, se pretendía solicitar de los poderes públicos el título de Alcaldesa Honoraria de Dos Hermanas para la Virgen de Valme y los honores militares de Capitán General. La Corporación Municipal, presidida por D. Fernando Fernández Martínez, así lo acordó el 15 de septiembre, y, aunque se remitieron los documentos necesarios al Arzobispado, ninguno de los dos títulos fue concedido.
El domingo 17 de octubre, el cardenal Segura celebró una solemne misa de Medio Pontifical en honor de la Virgen de Valme. La función comenzó sobre las once de la mañana con el templo de Santa María Magdalena totalmente abarrotado por el público. El Cardenal pronunció una hermosa homilía. Una vez concluida la ceremonia religiosa, en el Cine Español, tuvo lugar un pregón en honor de Nuestra Señora de Valme, a cargo del profesor universitario de Sevilla, D. José Luis de la Rosa Domínguez, que fu presentado por D. Luis León Cruz.
Como colofón a todos estos actos, se celebró «con una afluencia de romeros jamás conocida y extraordinaria animación» la tradicional Romería el domingo 24. Lo más destacable, sin duda, fue la carreta de la Virgen, exornada ahora bajo la dirección de Fernando Sutil Franco. En el exorno, se introdujeron algunas modificaciones (castillos y leones en friso superior, el anagrama de María en el frontal y una corona real en la parte trasera). Podemos decir que desde 1954 la carreta de la Virgen viene adornándose con muy escasa modificaciones.
El año 1955 tuvo especial significación porque en él predicó por primera vez la función principal D. José María Bueno Monreal, arzobispo-coadjutor de Sevilla desde finales de 1954. La misa de Medio Pontifical comenzó a la diez y media e intervinieron la Escolanía de Nuestra Señora de los Reyes bajo la dirección de D. Ángel Urcelay, organista de la Catedral de Sevilla.
Durante los siguientes años, las crónicas de la época variaban muy poco de un año al siguiente. Destacar la disminución de la participación sevillana y el aumento, si cabe, de la nazarena. A partir de esta década se acentuó el carácter festivo y profano en detrimento del sentido religioso de este tipo de conmemoraciones.
En octubre de 1958 murió el Papa Pío XII. Con tal motivo, fueron decretados varios días de luto nacional y, entre ellos, se encontraba el designado para la celebración de la Romería de Valme. La Hermandad, por tanto, la aplazó hasta el último domingo del mes, día 26. La carreta de la Virgen iba engalanada con flores blancas y amarillas, unos colores muy frecuentes a partir de entonces.
La década de los 60 supuso un nuevo período de esplendor para la Romería de Valme, que se consolidó como la principal fiesta de Dos Hermanas y una de las más importantes del campo andaluz. Muy pocos fueron los cambios producidos en la Romería durante esta década. Los cultos alcanzaron gran solemnidad, con la asistencia de reputados predicadores al Quinario y del cardenal Bueno Monreal a la función principal prácticamente todos los años. El programa no varió sustancialmente, celebrándose los actos tradicionales. En 1963, 1967, 1968 y 1969, se publicaron revistas sobre la Romería de Valme, dirigidas por Salvador Arribas y patrocinadas por el Ayuntamiento. En ellas intervinieron prestigiosos articulistas, escritores, poetas e historiadores de Sevilla e, incluso, de España.
El exorno de la carrera de la Virgen tampoco varió, y podemos decir que en este momento comenzó el «turno» de los colores amarillo y rosa en combinación con el blanco para su decoración. En cuanto a las demás carretas, tampoco varió su exorno desde la irrupción del estilo introducido y modificado por José Caro Arias en décadas anteriores. Se limitó su número a unas veinte por año y la Hermandad se hizo cargo de la custodia de las mismas.
Sin embargo, el hecho más significativo de esta década es el Pregón en honor de la Virgen de Valme que comenzó con carácter anual en 1968. Por el escenario del Cine Español pasaron pregoneros de la Semana Santa sevillana, locutores de radio, abogados, periodistas, poetas y escritores. Y, también en 1968, la Virgen de Valme estrenó en la Romería un manto rojo bordado en oro en los talleres de Esperanza Elena Caro y costeado por el Ayuntamiento nazareno.
En 1965, por iniciativa del alcalde D. Antonio Muñoz Rivero, fue nombrada Patrona del Ayuntamiento de Dos Hermanas la Virgen de Valme, y en 1970 se inauguró el Monumento que el Municipio erigió a la Virgen en la Plazoleta.
El 23 de junio de 1973, tras más de veinte años de gestiones, fue coronada canónicamente la imagen de la Virgen de Valme, en una solemnísima ceremonia presidida por el Cardenal Bueno Monreal y a la que asistieron como padrinos el Presidente del Gobierno, D. Luis Carrero Blanco, y su esposa, Dª. Carmen Pichot.
Este acto, sin duda, fue el más importante de toda la historia de la devoción a la Virgen de Valme, y, por ello, merece especial atención. Los actos preparatorios para la Coronación Canónica comenzaron el 17 de junio de 1973 con una masiva peregrinación al Santuario de Cuarto con la Virgen de Valme, en la que participaron más de cinco mil peregrinos, y en la que el cardenal Bueno Monreal concelebró una solemne misa con diez sacerdotes. Durante los días 18,19 y 20 se celebró un solemne triduo en el que ocuparon la Sagrada Cátedra D. José María Cirarda Lachiondo, obispo de Córdoba, y D. Antonio Montero Moreno, obispo auxiliar de Sevilla. El domingo 21 de junio a las doce y media tuvo lugar el Pregón de la Coronación, pronunciado por el abogado sevillano D. José Ignacio Artillo González.
En la tarde del día 22 de junio hubo una ofrenda de flores en el Monumento a la Santísima Virgen y, posteriormente, se procedió al besamano. A las doce de la noche comenzó un turno de vela en la Parroquia hasta las doce de la mañana, hora en la que tuvo lugar una misa concelebrada por todos los sacerdotes naturales de Dos Hermanas. A las seis de la tarde comenzó la recepción de las autoridades, hermandades y asociaciones invitadas al acto de la Coronación. A las siete, llegaron el presidente del Gobierno, D. Luis Carrero Blanco, y su esposa, Dª. Carmen Pichot, que habían sido invitados como padrinos de la Coronación. Ambos fueron nombrados hermanos honorarios y les fue impuesta la medalla de oro de la Hermandad. A continuación, comenzó la procesión, en la que participaron todas las autoridades locales y provinciales, desde la Parroquia de Santa María Magdalena hasta la Plaza del Arenal, donde se había dispuesto un estrado para la celebración del acto. Allí aguardaba al cortejo el cardenal Bueno Monreal, legado pontificio, que, tras una breve paraliturgia, impuso las coronas de oro a las imágenes de la Virgen y el Niño.
Terminado el acto, la procesión retornó a la entonces Plaza de José Antonio, donde se despidieron las autoridades. El paso de la Virgen de Valme quedó expuesto delante de la puerta de la Parroquia, y, posteriormente, recorrió las principales calles de Dos Hermanas, hasta entrar definitivamente a las seis y media de la mañana.
Dos Hermanas veía así realizado el sueño que venía deseando desde que, en julio 1952, D. José Sebastián y Bandarán solicitara la Coronación Canónica de la Virgen de Valme.
Consultar el resto de entradas de la serie: Romería de Valme: Origen y antecedentes , Romería de Valme: Las primeras Romerías (1894-1900), Romería de Valme: Años de decadencia (1901-1918), Romería de Valme: Años de esplendor (1919-1930), Romería de Valme: Las crisis de los años treinta (1931-1939), Romería de Valme: Años de recuperación (1940-1953).
Fuente: Libro Romería de Valme (1894-1994) de Hugo Santos Gil de 1996.