El Blog de la Ciudad de Dos Hermanas
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Lisandra Frómeta le pone acento cubano al líder de Primera Nacional

Llegó a Sevilla hace poco más de un mes y medio, como quien dice recién importada de su Cuba natal, previo paso por la capital de España, para convertirse en uno de los pilares del Club Waterpolo Dos Hermanas-EMASESA en su camino hacia la División de Honor. Y los resultados, con tres triunfos en otros tantos partidos, le están dando la razón a quienes pusieron sus ojos en ella para que ejerciera de puntal del proyecto nazareno.

Hablamos de Lisandra Frómeta Hinojosa (Moa, 4 de junio de 1978), internacional con Cuba desde el 93 hasta el pasado febrero, cuando rumbo al Preolímpico de Italia decidió quedarse en tierras ibéricas, y que no se lo pensó ni dos veces cuando recibió la oferta del club sevillano. Al margen de su país, con el que llegó a ganar dos Juegos Centroamericanos y un bronce en los Panamericanos, disputando dos Mundiales como capitana de las antillanas, dejaba atrás el frío de Madrid, donde su trabajo le impedía seguir disfrutando con el deporte. “Fue difícil, pero tenía que hacerlo. Por los problemas que tenemos todos los cubanos allí…”, se sincera esta rubia reconvertida en castaña de ojos marrones, 165 centímetros de estatura y unos 79 kilos de peso, que ahora compagina su faceta como jugadora con la de monitora en las escuelas deportivas municipales de Dos Hermanas. “Aquí he encontrado un nuevo hogar, lo que agradezco a todos, desde los directivos hasta las chicas, que me han ayudado mucho a reencontrarme a mí misma. Jugar, después de cinco meses sin poder hacerlo, ya que tuve que dejar de entrenarme con el Alcorcón, de División de Honor, por mi trabajo, me ha devuelto la alegría. Eso y leer, cocinar, bailar… Porque me deprime la inactividad”.

La nueva jugadora nazarena, licenciada en Cultura Física, Recreación y Deportes en su país, título que espera homologar “para poder ejercer”, no esconde la función que se le presume debe afrontar desde su puesto de boya en el agua para alcanzar el tan deseado ascenso a la máxima categoría. “Cuando me llamaron, me gustó mucho el reto. Además, me dijeron que en Sevilla hacía más calorcito que en Madrid, donde apenas dejaba de  dormir, del frío, y me hablaron muy bien de la gente. Así que aquí estoy. Y no sólo me reencontré con el sabor de volver a jugar, sino también con el deseo de ganar, de ascender. En ese sentido, sé que mi condición física no es la idónea e igual no estoy aportando todo lo que se esperaba de mí, pero no voy a tardar mucho en hacerlo. Seguro”.

Lisandra tiene muy claro que su experiencia (es la segunda más veterana del equipo, tras Ana Aretxabaleta) debe ser fundamental para que arribe a buen puerto el proyecto puesto en marcha esta temporada merced al apoyo de EMASESA, que también ha permitido el fichaje de la internacional portuguesa Inés Braga, con quien comparte piso. Por algo luce el 10 en su gorro. “Como Maradona, que era mi ídolo en el fútbol. Me lo gané en mi selección y aquí voy a demostrar que me lo merezco. Soy ambiciosa y doy el cien por cien hasta en los entrenamientos. Me gusta darlo todo siempre. Después, los resultados llegarán o no”.

Y de momento están llegando, como lo demuestra la clasificación de Primera Nacional femenina, comandada por el equipo entrenado por Javier Cortés, líder invicto. “La verdad es que me ha sorprendido el gran nivel del equipo, y de los triunfos que hemos logrado, más abultados de lo que esperaba. Las chicas, con más o menos experiencia, han demostrado un gran nivel. Ahora, lo que tenemos que hacer es seguir igual de aquí en adelante, porque esto sólo es el principio y todavía queda mucho”, comenta con los pies en el suelo la cubana, que, eso sí, y aunque arropada por su nueva familia, no puede dejar de sentir morriña por su tierra. “Tenía más añoranza cuando estaba en Madrid, porque las chicas me ayudan mucho aquí. Pero en estas fechas, tan especiales, que se acerca la Navidad…”.

Para contrarrestarlo, qué mejor que las sesiones diarias de waterpolo en el Dos Hermanas-EMASESA a las que se somete Lisandra Frómeta, que de momento no le ha echado el ojo a ningún nazareno. “Todavía no he tenido tiempo para eso, sólo en aportar todo lo que pueda al equipo”. Pues en Semana Santa se va a hartar…